Una historia muy dura, enternecedora, conmovedora, cuyo
final te dejará sin palabras y con la boca abierta. Es un libro cortito, que se
lee muy fácilmente, con un personaje protagonista entreñable y amoroso, a quien
sin duda le cogerás cariño desde las primeras páginas. Una historia que te llegará al corazón.
Lo recomiendo, mi nota es un 7.
SINOPSIS:
Una fría mañana de noviembre, tras un penoso viaje en barco,
un anciano desembarca en un país que podría ser Francia, donde no conoce a
nadie y cuya lengua ignora. El señor Linh huye de una guerra que ha acabado con
su familia y destrozado su aldea. La guerra le ha robado todo menos a su nieta,
un bebé llamado Sang Diu, que en su idioma significa «Mañana dulce», una
niña tranquila que duerme siempre que el abuelo tararee su nana, la melodía que
han cantado durante generaciones las mujeres de la familia. Instalado en un
piso de acogida, el señor Linh sólo se preocupa por su nieta, su única razón de
existir hasta que conoce al señor Bark, un hombre robusto y afable cuya mujer
ha fallecido recientemente. Un afecto espontáneo surge entre estos dos
solitarios que hablan distintas lenguas, pero que son capaces de comprenderse
en silencio y a través de pequeños gestos. Ambos se encuentran regularmente en
un banco del parque hasta que, una mañana, los servicios sociales conducen al
señor Linh a un hospicio que no está autorizado a abandonar. El señor Linh
consigue, sin embargo, escapar con Sang Diu y adentrarse en la ciudad
desconocida, decidido a encontrar a su único amigo. Su coraje y determinación
lo conducirán a un inesperado desenlace, profundamente conmovedor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario