El principio me
encantó: una historia de amor que se acaba, una chica a la que el destino pone
en sus manos un libro que cambiará su vida, un chico que se enamora, una chica
que está enamorada de otro… Además está ambientado en París, y eso ya tiene su
encanto.
Con este libro
vives momentos muy divertidos, y he de decir que me ha hecho reir bastante. En
realidad es una historia de amor, aunque no la típica historia de amor
empalagosa, de hecho me ha parecido un poco fría, no profundiza demasiado ni en
los personajes ni en los acontecimientos, y eso me ha decepcionado un poco.
El final me dejó
con ganas de más, para mi gusto termina muy de repente. Después de estar todo
el libro expectante a ver cómo termina todo, llegó el final y la verdad es que
me supo a poco. Te deja esa sensación de: ¿Ya está? ¿Esto es todo?
Es una novela
amena, que se lee muy fácilmente, pero no puedo decir que sea una lectura
obligada.
Mi nota es un 6,5.
Sinopsis:
En París, de vez en
cuando, llueve a cántaros y sopla el viento del norte tan fuerte que parece no
haber resquicio donde refugiarse. Como cuando las borrascas llegan al corazón y
no sabemos cómo ni dónde esperar a que escampe.
Para Aurélie las
casualidades no existen. Una tarde, más triste que nunca, se refugia en una
librería y en un libro. Arrebujada en sus páginas, Aurélie reencuentra la
sonrisa que creía haber perdido para siempre. Y muchas cosas más.